Carta de una antigua alumna

Queridos papás y mamás:

Un nuevo curso acaba de comenzar y con él afloran cantidad de sentimientos. A veces es la alegría por un nuevo curso, intriga por lo que vendrá, miedo e incertidumbre por lo que pasará y tristeza por lo que dejamos atrás. 

Acompaño cada mañana a mis hijos al colegio y veo como en cada uno de sus compañeros y en ellos mismos, se plasman cada uno de esos sentimientos. 

En los más pequeños, aquellos que empiezan una nueva etapa en el cole, los primeros días lo que predomina es la tristeza, llantos porque todavía desconocen todo lo bueno que ocurre entre esas paredes y porque no siempre es fácil separarse de papá y mamá. 

Los más veteranos, los de la ESO, avanzan por la calle hasta el colegio planificando su futuro, con la mirada perdida, repasando en su mente los últimos conceptos del año anterior para no fallar en la prueba de nivel del nuevo curso que harán al llegar a clase y contando las horas para el recreo donde junto al resto de sus compañeros organizan sus agendas para el fin de semana. 

Y los de primaria, ¡qué gran etapa! Y la más larga. Los hay que se estrenan en primero y acuden alegres, felices, ilusionados porque ya no son los pequeños del colegio y porque todo cambia y son nuevas rutinas, nuevos profesores, un nuevo ciclo que afrontan con entusiasmo. 

Los hay que continúan su recorrido en una etapa en la que se estrenaron hace algunos años y ya se conocen cómo va eso de primaria. Entran por la puerta con una sonrisa en la cara porque son conocedores de lo que dentro ocurrirá, pero guardan un atisbo de optimismo porque un nuevo curso siempre trae cambios y como serán para bien, los esperan con ilusión. 

Y los que están a las puertas de la ESO, con semblante serio, cruzan el umbral de la puerta. Este año será su último año en primaria, nostalgia, pero el año que viene, empezarán la ESO, intriga, ¿qué les deparará? Son los mayores de la etapa y sienten la responsabilidad de ser un ejemplo para los que vienen pisando fuerte detrás. 

Todas estas emociones y la educación que recibirán durante el curso dejará huella en todos ellos, por eso es tan importante que quien tiene la difícil labor de educar lo haga con AMOR, RESPETO, TOLERANCIA y EMPATÍA porque educar es una da las cosas más difíciles que existen, nadie nos enseña a educar, pero sin duda esas cuatro palabras representan la base sobre la que aprender a hacerlo.

Empieza el curso y lo que les he dicho a mis hijos es que lleven siempre las mochilas llenas de ilusión y de ganas de aprender y compartir. Que intenten ser cada día un poquito mejores de lo que eran ayer. Que no se sientan solos, porque no lo están, en casa están mamá y papá, en el colegio su compañeros y amigos y por supuesto, los profesores. Siempre tendrán alguien a quien acudir si así lo necesitaran. Que saquen lo mejor de cada instante, de las clases de matemáticas y del recreo. Que respeten a sus compañeros y traten de ayudarlos y cuiden de aquellos que les quieren. ¡Ah! Y que estudien mucho, que aunque a veces resulte difícil o aburrido les hará libres y sin duda será su mejor herramienta para continuar caminando por la vida. 

Y a vosotros, papás y mamás del cole, os invito a que dejéis huella en vuestros hijos y caminéis junto a ellos en este nuevo curso que os deseo muy feliz. 

 

                                                Marta Moreno Lastra